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PINGÜINOS

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Amplio resumen de la 36ª Edición de PINGÜINOS

En Valladolid se ha vivido un año más una nueva edición de la Concentración Motorista Internacional Pingüinos, la número 36. Este año además contando con unas previsiones meteorológicas halagüeñas: mucho frío, heladas, pero tiempo seco y soleado, lo que hacía presagiar que la concentración podía ser un éxito.

 

Los organizadores, el Club Turismoto, con la ayuda de las instituciones, en especial del Ayuntamiento de Valladolid, habíamos puesto todo el empeño en que esta edición fuera histórica. La enorme carpa dispuesta para la acogida de miles de motoristas invitaba a suponer que todo había sido previsto, incluso el mal tiempo.

 

El eslogan de esta edición fue "PASIÓN POR LA MOTO". Pasión que ha quedado demostrada sobradamente con el record que se ha conseguido. Son unas cifras impresionantes: 30.470+1 apasionados por la moto. Record histórico desde el inicio de su recorrido, allá por el año 1982. Record aún más meritorio porque tenemos que tener en cuenta que hubo dos años de parón, sin concentración. El recuperar un evento de este tipo requiere valentía y esfuerzo y este resultado es el premio.

Se empezaban a ver los primeros motoristas acampados el miércoles por la tarde o incluso antes, pero el jueves se iban llenando las instalaciones de tiendas, hogueras y grupos. Aquello iba tomando forma. El viernes se aceleraba la llegada de acampados y las motos iban inundando de acampados y las motos iban inundando las calles y los hoteles de Valladolid.

 

El viernes por la tarde en la tradicional excursión a Mojados ya se vio que el número de pingüinos iba a ser muy alto, augurando una de las mejores y mayores concentraciones. El pueblo era una fiesta con todos los motoristas por allí compartiendo las viandas que les ofrecían y las exhibiciones de stunt que nunca defraudan.


La noche del viernes se brindó con el espumoso de nuestra tierra después de comerse los 12 piñones al son de las campanadas. En el escenario a los miembros del club les acompañaban la Ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto; la Delegada del Gobierno para Castilla y León, Virginia Barcones; el Alcalde de Valladolid y el invitado que posteriormente amenizaría la fiesta: Javier Gurruchaga. Todos ellos brindaron por el nuevo año motero así como lo hacían todos los Pingüinos que llenaban la plaza. No había ni un hueco y todo el mundo estaba entregado, mucho más aún cuando la orquesta y el Sr. Gurruchaga comenzaron a sonar, poniendo el calor a la fría noche vallisoletana.

El sábado por la mañana tocaba el desfile de banderas. Desfile que parecía no tener fin, multitudinario, más de una hora larga saliendo motos desde la Antigua Hípica hasta llegar a la Acera de Recoletos.

 

Encabezando el desfile nuevamente se sumaron la Ministra Reyes Maroto y la Delegada del Gobierno, Virginia Barcones, que no quisieron perderse un acto tan colorido y bonito. Las calles de Valladolid llenas de gente que salía a saludarles, llenas de gente que salía a saludarles, a chocar sus manos, a participar en la concentración.

 

Después de haber participado encabezando el desfile de banderas, Ministra y Delegada del Gobierno, hicieron lo propio en el emocionante desfile de antorchas, portando ellas mismas una de las antorchas encendidas y haciendo un recorrido bellísimo, saliendo de la iluminada cúpula del Milenio llegaban a la Acera de Recoletos pasando por una Academia de Caballería espectacular y majestuosa y con la fuente de la Plaza Zorrilla adornando más, si cabe, un acto emotivo que se llenó de silencio, respeto y emoción contenida cuando llegaban los motoristas con las antorchas encendidas y sonaba después el toque de corneta. Se podía ver a mucha gente con lágrimas en los ojos, tanto motoristas como personas de la ciudad que acuden a ver el acto y mostrar su respeto.

 

A continuación, ya en el recinto de Pingüinos se preparaba la quema de la falla. Fueron nuevamente los representantes de las más altas instituciones, la Ministra y la Delegada del Gobierno, acompañadas de las autoridades locales, las que se encargaron de prender la llama que acabarla con una estupenda falla del artista vallisoletano Juan Villa.